CARNAVAL: LA PECULIAR APOLOGÍA DE LO ABSURDO

No, no se me acaba de ir la cabeza cuando he titulado esto así, podría parecer ilógico que una persona que participa abiertamente en el carnaval y que se declara un enamorado de esta fiesta, escriba esto, pero es precisamente mi participación en este mundillo, y mis vivencias desde dentro lo que me llevan a esto.

El carnaval debería de ser la fiesta de la alegría, la fiesta de Don Carnal, la fiesta de la libertad, una época para disfrutar con tu grupo (si sales en alguno), y saborear cada momento con ellos, de deleitarte con la música y letra que cada año y de forma totalmente GRATUITA, las agrupaciones nos regalan para el disfrute de todo aquel que quiera disfrutarlo.

Sin embargo el carnaval se esta convirtiendo (si es que no ha sido siempre así) en una fiesta donde prima todo lo absurdo, ¿y por qué digo esto? Pues digo esto porque no es normal, que ocurra mas de una cosa, porque no es lógico que en una fiesta multitudinaria como es el carnaval, en fiestas como la tortilla/jamona, la chicharrona o la choriza, tengas que “mear” en un “miniservicio” de un bar con la cabeza torcida, o simplemente irte al monte, si es que tiene la posibilidad, por el mero hecho de que no haya ni un puñetero servicio publico, o el aun mas grave asunto de que el día de la cabalgata de carnaval, tampoco se ponga ninguno, y que los vecinos de los alrededores de la plaza del ayuntamiento tengan que despertarse con el “dulce y fresco aroma” provocado por una noche de botellón al lado de su casa, botellalón que al igual que entra en los cuerpos acaba saliendo.

Tampoco parece muy lógico que el día de la tortilla/jamona haya ciertos bares que sitúen sus barras en la puerta y pongan música “chuntachunta” que no tiene nada que ver con el carnaval, y que no hace nada mas que dar por culo, y conviertan aquello en botellón “tempranero” ganando dinero por ello, y a costa de la celebración ese día de una fiesta carnavalera, en la que los grupos, que son una parte esencial por no decir la mas importante y primordial, no ven ni un duro por participar, salvo la amable invitación de las asociaciones organizadoras, como no tiene mucho sentido que en la morcilla por lo que tengo entendido, no hubiera morcilla, por no hablar del contarste musical chungo entre dentro y fuera del bar, al igual que no es normal que el día de la choriza, un bar del casco antiguo intente poner una barra (de forma legal) y se lo nieguen y que un montón de particulares las pongan por toda la cara, y hagan su agosto en febrero, como tampoco es muy normal que la barra que ponen en la calle Ronda, de a los grupos tres litros de cerveza contados (y que intenten darte solo dos) y una bandeja de chorizo (ese chorizo que a ellos les cede el ayuntamiento gratis), y que encima parezca que les estas mendigando una puta cerveza y un par de refrescos, cuando ellos han vendido 20 por cada minuto que una agrupación les ha estado cantando, como también es absurdo que dos miembros de un grupo (de esos grupos gracias a los cuales estos eventos tienen sentido) vayan a la barra en el evento de “las papas aliñas” por una cerveza (pagándola) y tras tres cuartos de hora esperando a un camarero al que ya se le había pedido, tengan que irse indignados porque no los atienden mientras que si habían atendido a gente que llego después.

Lo peor de todo, es que encima, a los grupos se les llama peseteros y se les trata como el culo en algunos lugares, cuando son precisamente la gente que menos gana en el carnaval, por no decir que algunos incluso tienen perdidas, y están pringaos todo el carnaval ofreciendo un esfuerzo para todo aquel que quiera apreciarlo. No obstante también hay sitios donde se trata a todo el mundo divinamente, no todo va ser malo.

Como ven en el carnaval se hacen muchas tonterías que hacen que como digo se pueda calificar como una peculiar apología de lo absurdo.